Qué son estas sombras, Amado.
Estas sombras que tiranizan el camino y reprimen esta luz que es tuya.
La mediocridad campa libremente ante mis ojos,
susurra con mentiras y sospecha de mis intenciones y mis actos.
Aquellos que murmuran por las espaldas y hacen festines
de los otros, sin darse cuenta de que sus actos
hablan más de su propia ignorancia.
Las tinieblas me visitan y se acercan con sonrisas amigables,
tienden trampas y organizan emboscadas de sangre.
Se ríen abiertamente, sin pudor,
y humillan la inocencia pensándose reyes.
Guías ciegos.
Tiranos del poder que ejercen juegos sociales, de influencia ennegrecida,
y deshonran la verdad según su conveniencia.
Hipócritas.
Es la hora de la traición y la vergüenza,
campos minados de laberintos ancestrales que nos atrapan.
Libéranos de la sombras, Amado,
que no hagan su Agosto con nuestras vísceras sin que nos demos cuenta.
Que podamos alzar nuestra voz, valientemente,
para dar testimonio de nuestras entrañas esclarecidas.