* Fotografía de Mauro Savoca
Bailando con el sol
y el camino en calma.
Los rayos luminosos me hablan
y me cuentan leyendas hermosas de otros tiempos,
de todos los tiempos.
Me hablan de la luz,
del poder del amor,
del regalo de estar vivos.
El astro, rey,
me enseña la interconexión de todo.
Me muestra mi propia sombra,
los reflejos de otros, como una extensión propia.
La cara oculta de la luna,
aquello que no vemos,
las imágenes que otros encarnan para nosotros
como una proyección de nuestra energía,
desde nuestra propia mente.
Danzando al ritmo de la naturaleza,
desnuda,
recibo al viento y a la tierra,
y son ellos quienes sostienen mi llanto y mi alegría.
como viejos amigos que siempre me acompañan.
“Baila
niña
baila,
que tus horas sean serenas,
que estés en paz con tus vecinos,
que tus manos dibujen flores.
Que cada paso sea un rezo,
comprensión profunda,
de todo el universo
que está dentro de ti”.
Danza de vida
amarilla,
esplendorosa,
bendecida,
eterna…