LXXVI
El hombre al nacer es blando y flexible,
y al morir queda rígido y duro.
Las plantas al nacer son tiernas y flexibles
y al morir quedan duras y secas.
Lo duro y lo rígido
son propiedades de la muerte.
Lo flexible y blando
son propiedades de la vida.
Por esto, la fortaleza de las armas
es la causa de su derrota,
y el árbol robusto es abatido.
Lo duro y fuerte es inferior
y lo blando y frágil es superior.
LXXVII
El camino del cielo
semeja a quien tensa el arco.
Humilla lo alto y alza lo bajo.
Rebaja lo que sobra y completa lo que falta.
El camino del cielo
es quitar al que le sobra
y dar al que le falta.
El camino del hombre,
sin embargo, es muy distinto:
quita al que le falta
y añade al que le sobra.
¿Quién ofrece al mundo todo lo que le sobra?
Sólo quien tiene el Tao.
El sabio hace y no retiene,
nada exige por su obra
y oculta su sabiduría.
LXXVIII
Nada hay en el mundo tan blando como el agua.
Pero nada hay que la supere contra lo duro.
Lo blando vence a lo duro,
lo débil vence a lo fuerte.
Nadie desconoce esta verdad pero nadie la practica.
Aquel que asume todas las corrupciones de un reino,
merece ser su soberano.
Aquel que soporta todos los males de un reino,
puede ser soberano del imperio.
Las palabras de la Verdad parecen paradójicas.
Tao Te King Lao Tse
La verdadera fortaleza no se adquiere a través del éxito, aunque la experiencia del éxito sostiene sus propias lecciones sobre lo que es el poder.
La fortaleza espiritual se va desarrollando a través de los fracasos y las malas experiencias. Te va llevando más allá de tu propia narrativa y de lo que crees ser hasta llegar a comprender que el desasimiento es la victoria última.
La verdadera fortaleza no tiene que ver con mantener una postura, no necesita dominar a otras personas. No cree tener la razón. Más bien a través de la observación de los fenómenos entiende cual es la acción correcta para quedar libre de todo mal.
La comprensión de lo que nos limita es su luz genuina, aunque no participe en los juegos que se le planteen. Entiende que lo que sucede no es algo personal, y cede.
No es un estoicismo arrogante ni una autoridad despótica.
Ser fuerte es ser inagotable, infatigable.
Es una fuerza que sostiene en su neutralidad.
Es ser raíz, tronco, hoja y fruto.